El trabajo del botánico y su importancia en la identificación de nuevas especies

Héctor Keller es docente de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM e investigador independiente del CONICET y actualmente se dedica a identificar a la familia de las apocináceas, una de las tantas que habitan en Misiones. En esta nota un repaso sobre las características de su tarea que involucra a becarios/as de esta Casa de Estudios.

 

 

“La taxonomía es una disciplina que se ocupa de organizar todo el complejo del reino vegetal y de los demás seres vivos.  Se determina a qué grupo pertenecen las diferentes plantas y esos grupos, a su vez,  se ordenan en subgrupos. Todo eso se llama categorías taxonómicas”, empieza explicando Héctor Keller, un docente de la Facultad de Ciencias Forestales (FCF) de la UNaM e investigador independiente del CONICET que recientemente identificó  una nueva especie de apocináceas.

En una primera impresión lo que dice parece una explicación compleja, pero todo el reino vegetal donde están agrupadas las plantas que nos rodean, requieren de esa complejidad que es abordada a veces muy silenciosamente por los botánicos y botánicas pero que también, necesita ser popularizada.

Héctor forma parte de un equipo de especialistas en el cual  cinco  son argentinos y cuatro del exterior y trabajan en un proyecto llamado Flora Argentina en  el que el producto de sus estudios, son volcados en libros. Cada volumen corresponde a una especie en particular. Este año trabajan en las apocináceas.

“A esta familia pertenece por ejemplo el Palo rosa, que es un árbol emblemático de Misiones de la especie arbórea que  alcanza mayor altura en la selva”, cuenta Keller.

Su interés por la familia surgió en otro proyecto en el que participó años atrás. Allí se ocupaban de las endémicas de Misiones:  “Cuando hablamos de endemismo hablamos de especies propias de un área particular como una provincia”, explica.

Así es como también se topó con otras especies e incluso encontraron dos nuevos géneros de plantas para la ciencia. Algo sumamente importante y sorpresivo pero también difícil de que suceda.

“Para demostrar que son géneros nuevos hay que hacer el estudio de filogenia molecular, es decir, a través de la secuenciación del ADN de ese material biológico se puede situar dentro de uno de los géneros.  En este caso, cuando se hizo el árbol filogenético, las dos especies se encontraban aisladas. Eso de por sí significa que corresponden a uno nuevo”, dice.

Uno de ellos fue nombrado como “topea” que en guaraní quiere decir pestaña. Para Keller,  seguramente en el pasado hayan sido un género exitoso pero que luego de diferentes procesos, como cambios en el ambiente, se hayan reducido y quedado circunscripto a dos especies con una distribución muy reducida. “Incluso una de ellas sólo conocemos una población con dos o tres ejemplares. Son especies en peligro crítico”, remarca.

El trabajo que lleva a cabo Keller es como él dice “en sinergia con colegas”. Porque de esa manera,  se puede ampliar las posibilidades de acción con más recursos humanos.

En ese sentido, integra el equipo de investigación  del Laboratorio de Propagación Vegetativa de la FCF con los profesores Evelyn Duarte; Patricia Rocha y Fernando Niella. Entre las líneas de estudio que desarrollan, se ocupan de las especies que pudieran estar en peligro.

 

“Empezamos a acercar algo de material y propagar esas especies para tratar de que en la medida que se vaya estudiando las poblaciones naturales, se  evite la extinción.

Conocemos ejemplos claros de plantas extintas en Misiones tanto por el uso del suelo como más recientemente. En ese marco también formamos alumnos que empiezan con tareas básicas como propagación vegetativa, siembra o estudio de formaciones”, comenta.  Es así que intenta vincular y transmitir estas temáticas a los/las estudiantes de esta Facultad.

Asimismo dirige a becarios de posgrado, en temáticas vinculadas a  la etnobotánica, que es la rama dentro de la botánica a la que se dedica en el que se vincula con las comunidades originarias.

“Hay estudiantes trabajando, por ejemplo, la leña en las comunidades indígenas como también rurales. Después hay becarios en otras provincias trabajando en áreas más complejas de la etnobotánica”, comenta.

 

El aporte a la conservación

 

En cuanto a cómo se conservan estas especies, Keller manifiesta que hay diferentes status en el que existen categorías de preocupación menor, especies en peligro crítico hasta otras que se consideran extintas.

“Por ejemplo dentro de las endémicas de Misiones tenemos plantas que están situadas, algunas no requieren tanta preocupación porque están expandiéndose,  aprovechando los nichos nuevos que acarrea el cambio del uso de la tierra. Otras en cambio se están retrayendo notablemente a veces por situaciones naturales y por cuestiones que pueden ser por el uso de la tierra o el cambio climático”, explica.

A su vez, comenta que hay dos maneras de conservarlas: in situ que es con la especie en el lugar en donde está:

“Hemos tenido importantes avances en un área donde hay muchos endemismos en Misiones. Por ejemplo en el Paraje Teyú Cuaré, a través de contactos con fundaciones y organizaciones, pudimos adquirir dos lotes de 25 hectáreas donde por alguna cuestión se congregan varios endemismos. Entonces esa superficie no está más sujeta al azar del propietario  que tenía pensado hacer instalaciones turísticas, potreros, plantar pinos. De alguna manera ahora se tiene la capacidad de decidir qué hacer para proteger esas especies”, cuenta Keller.

También, explica,  se puede conservar ex situ que requiere llevar el material y propagarlo de manera sexual, mediante siembra directa.  Otra alternativa, es hacerlo de  manera agámica, mediante pequeños esquejes o estacas, que constituyen clones de la especie original y así poder conservarlo en laboratorio; conservar las semillas en un banco,  jardín botánico o haciendo prácticas de restauración en el lugar donde anteriormente esta especie crecía.

Todas estas metodologías cobran una importante relevancia en seguir protegiendo especies que habitan en nuestro suelo misionero. Aportan a la biodiversidad de la región como también en todo el mundo.

Hoy este botánico y profesor de la FCF que es titular de Biología Vegetal, es el único misionero que forma parte del grupo de Flora Argentina y lleva identificado cerca de 15 nuevas especies. Su trayectoria es fundamental para la formación de los y las estudiantes que se involucran en este tipo de investigaciones y le aportan nuevas experiencias a su aprendizaje universitario.

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